viernes, 9 de enero de 2015

EL CLUB DE LA MISERIA.


Mi libro se titula “El Club de la Miseria” y su autor es Paul Collier, un profesor de Economía y Política Pública en la Escuela Blavatnik de Gobierno, en la Universidad de Oxford y director del Centro para el Estudio de las Economías Africanas. Desde 1998 hasta 2003 fue director del Grupo de Investigación del Desarrollo del Banco Mundial.


En este libro Collier trata uno de los problemas que más ha preocupado a los economistas durante los últimos siglos, y es qué falla en los países más pobres del mundo.

Collier parte de una idea muy sencilla, mientras que muchos países en vías de desarrollo, en especial los hispanoamericanos y los asiáticos, ya están consiguiendo encauzar sus economías y afrontan una etapa de crecimiento sostenido, existen aún mil millones de personas que forman lo que él denomina el “Club de la miseria” (los países más pobres del mundo). Estas naciones son africanas en su gran mayoría, y su desarrollo (social, económico y comercial) está casi estancado debido a varios males endémicos, que el autor llama trampas: los conflictos armados (guerras civiles, golpes de estado), los recursos naturales (puesto que constituyen una fuente más de problemas, en lugar de generar riqueza), la situación geográfica (en especial la falta de salida al mar, aunque también países vecinos en circunstancias igual de desesperadas) y unos gobiernos ineficaces (cuando no responsables directos de la pobreza contumaz). Estas trampas son muy difíciles de salvar y las naciones que sufren alguna (o varias) de ellas no sólo tienen problemas para subsanarlas, sino que corren el peligro de recaer en ellas y perder oportunidades de progreso.

Tras exponer dichas trampas nos presenta sus conclusiones y soluciones, las cuales ocupan un tercio del libro y revelan el peculiar punto de vista del autor. Su posición ideológica frente a la resolución de estos dilemas es conservadora y capitalista. Para Collier las bajas en un conflicto armado son necesarias si hablamos de “restaurar la paz” en un país con un conflicto interno, los salarios bajos son necesarios para atraer inversiones y generar prosperidad. De este modo, para el autor los países que se consideraban en vías de desarrollo, están atravesando una etapa transitoria hacia una riqueza que los pondrá en situación de igualdad con los países desarrollados en un plazo muy breve.

El autor defiende, con criterio, que el capitalismo es la doctrina imperante en la economía global y que los países del club de la miseria deben adaptar sus mecanismos para “pasar por el aro” y generar riqueza para sus habitantes; una tesis dura, pero aceptable en su fondo. Pero las recomendaciones y soluciones de Collier son arriesgadas: esperar de los países desarrollados un acuerdo global en lo referente a ayudas es tan inocente como confiar en la promulgación de leyes internacionales que garanticen el justo empleo de esa ayuda por parte de los gobiernos. Bien es cierto que el autor propone soluciones con la certeza de que son complicadas, pero no es menos cierto que, como economista y asesor político, debería ser mucho más consciente de la situación real y plantear remedios más viables e inmediatos.

Personalmente, me parece un libro bastante completo, ya que aporta tanto cuestiones teóricas principalmente como algunos ejemplos prácticos. Aun así, en ocasiones echo en falta un vocabulario más sencillo para aquellos que aún no dominan tanto dicho lenguaje económico. El aspecto más negativo del libro es que no da una respuesta clara como tal. No obstante, es un libro que recomiendo leer no sólo a aquellos que estudien temas relacionados con la economía, dado que se aprenden muchos más valores y hace ver que todo es más complejo de lo que podemos pensar.

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