sábado, 6 de diciembre de 2014

LA ECONOMÍA EN LA HISTORIA DE ESPAÑA.


Hasta 2007 la mayoría de los ciudadanos españoles presumían de tener una economía de  “Champions League”. Varios años más tarde, nuestro país se encuentra ya por su segunda recesión, de modo que la sociedad se encuentra con un gran desempleo y la quiebra de multitud de empresas debido a su incapacidad para asumir los gastos necesarios.
Consideramos la crisis actual como un fenómeno histórico debido a su profundidad, persistencia y sus múltiples implicaciones en diversos ámbitos a nivel internacional.
Podríamos decir que “Cada tiempo tiene su crisis” por lo que tratar de conocerlas nos puede ayudar a comprender la naturaleza de nuestra economía y de la crisis actual. Para ello es necesario conocer diversos acontecimientos que han sucedido en la historia de España.

LA PESTE NEGRA Y LA GRAN DEPRESIÓN MEDIEVAL.

La gran crisis bajomedieval es considerada un punto de inflexión a escala global, de modo que en Europa la peste negra supuso un momento histórico que se llevó por delante un tercio y la mitad de la población del continente europeo; de este modo dicha disminución afectó de forma considerable a la producción agraria y esto a su vez al consumo. Este momento histórico se dejó notar de forma considerada en la Península Ibérica a partir de 1348,a pesar de que anteriormente la Península había sufrido graves carestías y hambrunas por malas cosechas, además de continuas guerras que provocaron una elevada carga fiscal para financiarlas y más tarde una multitud de deudas. Una de las consecuencias fue la quiebra del Reino de Mallorca en 1405.



EL DURO SIGLO XVII ESPAÑOL.

La Guerra de los Treinta Años, de 1618 a 1648 hizo tambalear la economía de toda Europa. En España se agravó debido a la insaciable política impositiva que los Austrias aplicaron para financiar su política imperial. La escala fiscal de los Austrias castigó a los productores agrícolas más productivos y los mercaderes más prósperos, en beneficio de la nobleza y las oligarquías locales que tomaron un creciente control de las tierras.

LA QUIEBRA DEL ANTIGUO RÉGIMEN.

El XIX español arrancó con dos crisis sucesivas de muy diferente carácter. La primera (1803-1805) fue una crisis de corte feudal, debido a las malas cosechas y las epidemias. La segunda (1808-1814) debido a la Guerra de la Independencia, que provocó un grave problema para las haciendas públicas. El resultado es que multitud de acreedores promovieron la privatización de bienes y tierras y fomentaron el crecimiento económico entre 1815 y 1830, se trató de un crecimiento rápido pero aún por detrás de los ritmos europeos, debido a apoyarse en un modelo tradición.



LA PRIMERA CRISIS CAPITALISTA DE ESPAÑA.

Ésta tuvo lugar en el siglo XIX, entre 1864-1874, se trató de una crisis financiera que a su vez coincidió con otra crisis agraria, con las primeras quiebras de compañías ferroviarias, la quiebra de multitud de bancos, etc. Unos años después la gran depresión de la primera globalización afectó de lleno a España entre 1882 y 1897.

LA GRAN DEPRESIÓN Y LA SEGUNDA REPÚBLICA.

La gran depresión internacional que siguió al crash del 29 afectó de una manera muy particular a la economía de la naciente Segunda República. Los gobiernos republicanos se valieron de instrumentos convencionales para combatir la depresión coyuntural (medidas proteccionistas) pero lo hicieron tarde y con poca convicción.

LA POSGUERRA, LA AUTARQUÍA Y LOS AÑOS DEL HAMBRE.

La mayor catástrofe económica de la historia de España arrancó con la guerra civil y pervivió hasta casi 1960 por las equivocadas políticas que la dictadura franquista aplicó  hasta entonces. El resultado de esa desastrosa política económica fue reducir el PIB per cápita por debajo del nivel de 1929 hasta finales de la década de los cincuenta, cuando se iniciaron los primeros pasos hacia la apertura que acabarían por provocar el famoso salto de la alpargata al 600.

LA CRISIS DEL PATRÓLEO, EL OCASO DE LA DICTADURA Y LA TRANSICIÓN.

La crisis del petróleo en 1973 y el colapso del sistema monetario internacional de Bretton Woods en 1979 coincidieron con una etapa de profunda inestabilidad política en el ámbito nacional por los últimos años de la dictadura y los albores de la nueva democracia. Los últimos gobiernos de Franco tardaron en reaccionar ante la crisis del petróleo. El resultado fue un freno del PIB per cápita, desequilibrios presupuestos, fuerte crisis industrial y energética, alta inflación, desempleo creciente, etc. También hubo una importante crisis bancaria que llevó a las entidades a desprenderse de sus carteras industriales y empezar a centrarse en la banca minorista y los préstamos hipotecarios, abonando el terreno para la aparición de los problemas financieros actuales.

EL SIGLO XXI Y LA NUEVA GRAN DEPRESIÓN.

La entrada en la CEE abrió una etapa de crecimiento que duró dos décadas. De 1985 a 2007 España vivió una edad de oro de expansión casi ininterrumpida, con la excepción de la crisis de 1992-1993 solventad con las tradicionales devaluaciones de la peseta. La crisis que estalló en 2007 y se arrastra hasta la actualidad se trata de la primera crisis financiera que enfrenta España como una economía abierta al exterior y un sistema financiero liberalizado y homologable a los de otras naciones desarrolladas; cuyo resultado está siendo una de las depresiones más profundas de nuestra historia.
Los años de crecimiento continuo empeoraron la gran crisis. La desregulación bancaria a uno y otro lado del Atlántico y la internacionalización de la operativa de los bancos españoles facilitaron una burbuja crediticia que derivó en pensar que estaban haciendo bien en sus prácticas. Hubo en España una verdadera adicción al crédito, aprovechando que por primera vez en su historia el país se financiaba al mismo tipo de interés que Alemania y por la necesidad de cubrir con capital exterior los enormes déficits de la balanza de pagos.

De la mano de la burbuja financiera vino la burbuja de la construcción, siendo respaldada por la enorme oferta de suelo que propició la desregulación y la deficiente financiación local, por la demanda de vivienda y por la insaciable inversión en infraestructuras públicas no siempre necesarias e impulsadas principalmente por la financiación de las cajas de ahorros.

Los bancos españoles en un primer momento parecieron soportar bien la crisis que ya sufrían los norteamericanos y europeos. No obstante, los balances de los bancos contaban con grandes cantidades de pasivos que eran préstamos a corto plazo y que tras el colapso del mercado interbancario les obligaron a reducir crédito. Sin la aportación de créditos, la burbuja de la construcción comenzó a explotar y con ello se desató un gran incremento del paro,que aún perdura. La crisis bancaria finalmente derivó en un rescate del sistema financiero español por parte de la UE. Y tras los intentos por evitarlo, al final el Gobierno ha acabado por crear un 'banco malo' para acoger los activos tóxicos inmobiliarios que acumulaban las entidades en sus balances.

La recesión ha estrujado al máximo las cuentas públicas, que han pasado del superávit precrisis a un déficit histórico que aún no se ha conseguido embridar. Y España ha pasado por una auténtica travesía del desierto en forma de crisis de deuda, con primas de riesgo absolutamente desatadas y que hoy parecen templarse.

Terminamos indicando que las grandes crisis suelen ser causa de cambios sustanciales de los sistemas económicos y políticos.La gran depresión bajomedieval contribuyó al nacimiento del estado moderno en Europa, no tanto en España; las crisis de la primera mitad del XIX sirvieron para asentar el modelo capitalista en España; la crisis de los treinta y siguientes convulsionó el sistema político con la caída de la monarquía, la llegada de la república y el establecimiento de una dictadura; la liberalización de la economía posterior propició el Estado del Bienestar.

La pregunta es, ¿cuáles serán los cambios que propiciarán la gran depresión de este siglo XXI? ¿Oportunidades? ¿Amenazas? ¿Cara o cruz?


miércoles, 26 de noviembre de 2014

CRECIMIENTO ECONÓMICO

El crecimiento económico estadounidense en la segunda mitad del siglo XIX fue espectacular si lo comparamos con otros países. En este periodo, concretamente desde la última década de ese siglo, Estados Unidos superó a Reino Unido como primera potencia económica mundial. Esto sigue ocurriendo en la economía de los Estados Unidos de América en la actualidad. Dicha economía es la más grande del mundo, con un PIB nominal.. estimado en más de 17,2 billones de dólares en el 2014. El PIB nominal de los Estados Unidos es una cuarta parte del PIB nominal mundial aproximadamente. Además, Estados Unidos también tiene un alto nivel de producción y uno de los PIB per cápita más altos en el mundo, lo que hace que sea un gran país comercial.
 A la hora de explicar el crecimiento económico de dicho país en el pasado, la mayoría pensamos en la conocida teoría del crecimiento. En la que los principales factores influyentes eran la cantidad de riquezas en  recursos naturales, de tierras, la rapidez de Estados Unidos en utilizar maquinaria para la agricultura, el desarrollo del transporte con la creación de canales y la aparicióndel ferrocarril. Todo esto, junto al esfuerzo de invertir de Estados Unidos en capital humano y de forma interna derivó en la formación de un mercado interno con bajos coste e incrementos en la productividad. Pero, ¿Y en la actualidad, hay algo nuevo en la teoría del crecimiento? ¿Cuáles son  los principales motores que mantienen el crecimiento de este país?
Para contestar dichas preguntas he decidido plantear la teoría de Alan Greenspan. En su teoría plantea que  en la actualidad, dicho crecimiento es fruto del avance tecnológico, que aumentan el rendimiento de sectores que utilizan tecnologías recientes. Greenspan determina que la consecuencia de este avance es la productividad del trabajo y que la etapa expansiva del capitalismo estadounidense vino dada por la tecnología e innovaciones. Estos dos últimos factores fueron los responsables del crecimiento y el incremento en la productividad, según Greenspan
Como toda teoría, esta también tuvo otras opuestas o que no estaban de acuerdo con lo que expresaba. Los economistas clásicos estaban de acuerdo en que la tecnología y las innovaciones aportaban una mejora en la productividad, una mayor eficiencia en la mano de obra, pero pensaban que estos factores eran secundarios, específicos, para la creación de riqueza en el país. En la primera mitad del siglo XX, se concluyó que los únicos factores productivos determinantes del crecimiento, serian: tierra, capital y trabajo. Aún en la actualidad la productividad de un país se calcula con una función, la cual incluye dichas variables. Y= Af(T,K,L) La razón por la cual se utilizan estas variables para determinar la productividad y PIB de un país es simple, ya que cuanto más se usen o se tengan de estas variables, mayor será el crecimiento económico de países capitalistas como Estados Unidos.
Desde mi punto de vista, pienso que establecer unos factores fijos no es necesario, ni exacto porque verdaderamente no se sabe con exactitud la influencia que tiene cada factor en la producción ni si unos son más importantes que otros, para colocarlos en segundo lugar, como ocurre en con la tecnología e innovación.




                                                                           
                                                               -Nuria Monje Puerta

martes, 4 de noviembre de 2014

LA HIPERINFLACIÓN

Gran parte de la población en época de crisis, alguna vez se ha preguntado que si lo que falta es dinero por que no crean más, la respuesta a esto es el efecto de la hiperinflación que  hace referencia al desorden monetario provocado por la subida rápida e incontrolada de los precios. La moneda del país que la padece pierde su valor. Para adquirir mercancías y servicios es necesario el desembolso de grandes cantidades de numerario. Por su parte, los salarios crecen a menor ritmo que los precios y con ello se erosiona su poder adquisitivo. La masa monetaria circulante es enorme, pero su valor nominal no se corresponde con el real. El mayor caso de hiperinflación se dio en Alemania en los años 20. El ejemplo de la hiperinflación alemana de 1923 es alucinante aun para los propios alemanes que lo vivieron. En esa época, el gobierno socialista de Alemania creyó que podía imprimir ilimitadamente billetes de banco con los cuales cubrir el déficit de las industrias estatizadas (ferrocarriles, teléfonos, etc.) y saldar alegremente las deudas del Estado. El resultado fue la descontrolada hiperinflación de 1923 que produjo desocupación, saqueos callejeros, caos social y toda clase de calamidades que finalmente condujeron a un horror aun peor: el nazismo.. La principal causa imputable a tal hecho fue la necesidad que tenía la República de Weimar  de hacer frente a las indemnización fijadas por los vencedores de la Gran Guerra en el tratado de Versalles La República de Weimar, el régimen democrático que sucedió al II Reich en 1918, tuvo que afrontar desde el final de la Gran Guerra una situación económica pésima con el colapso financiero. El abandono del patrón oro en 1914 por parte del Reichsbank había permitido a Alemania, financiar el esfuerzo bélico a base de crédito y no en vez de a través del incremento de impuestos, dos terceras partes del cual se nominalizó en forma de bonos de guerra comprados por ciudadanos y empresas, siendo la otra financiada directamente por el Reichsbank.Así, al firmarse el armisticio, la deuda del Estado se había multiplicado por 30. En 1919, el pago de la deuda y los intereses supuso el 126 por ciento del producto interior bruto alemán. Alemania estaba técnicamente en bancarrota, y la opción por la que se decantó el Reichsbank fue seguir imprimiendo papel moneda sin respaldo oro, con el llamado Papiermark,  que había sustituido al Goldmark en 1914, para poder pagar las deudas, con la consiguiente depreciación del dinero circulante.Las consecuencias de la hiperinflación es que elimina el poder adquisitivo de ahorros públicos y privados, distorsiona la economía en favor de un consumo extremo y la acumulación de bienes reales, causa la fuga del país de la base monetaria, etc.Aunque la inflación remitió a partir de 1924, la ruina de los pequeños ahorradores, el empobrecimiento de los asalariados y el desempleo, provocaron serios problemas sociales y el descrédito de la República de Weimar.La hiperinflación alemana no es la única que conocemos ya que la hiperinflación en Zimbabwe es una de las peores de la historia.Justo antes del proceso de hiperinflación el Banco Central emitió billetes de forma masiva para pagar la deuda externa del gobierno del país Zimbabwe , una vez considerado como uno de los países más prósperos de África , sufre una grave crisis económica desde que Mugabe decidió en el año 2000 expropiar las tierras  a  los granjeros blancos y cedérselas a la población negra que no poseía tierras y que por lo tanto en muchas ocasiones tampoco sabía cómo cultivarla o cómo comercializar los productos .Las consecuencias de esta hiperinflación fueron enormes, las mas importantes están relacionadas con el mercado;Los precios aumentaban varias veces al día, por este motivo algunas personas decidieron comenzar con el trueque y no empobrecer.. En Enero de 2009 el Gobierno permitió el uso de divisas extranjeras, en especial el dólar estadounidense   y el rand sudafricano, de hecho se utilizaban ya por la población  y actualmente  la moneda oficial es el US$ o el rand sudafricano. La moneda local ha caído totalmente en desuso.El abandono de su moneda ha permitido a Zimbabwe volver a unos niveles aceptables de inflación. Los alimentos han bajado  pero los servicios han subido de una manera exorbitante. Tenemos esperanza en que estos casos de hiperinflación no se vuelvan a repetir.



                                                 
                                                                                         -Nuria Monje Puerta

sábado, 25 de octubre de 2014

¿HAY QUE DESECHAR ESA MENTALIDAD DE LA VIEJA ESCUELA DEL DERROCHE?


Actualmente, vivimos en una sociedad de consumo, un tipo de sociedad que corresponde con una etapa avanzada de desarrollo industrial capitalista y caracterizada por el consumo masivo de bienes y servicios. Aunque si nos paramos a analizarlo detenidamente hemos pasado de ser consumidores por necesidad a serlo por deseo, por lo que el ahorro se ha convertido en una acción secundaria frente al gasto.
El principal problema de dicha sociedad de consumo es que ésta es insostenible. Desde el primer momento del proceso de producción, estamos agotando la capacidad del planeta para poder vivir, estamos usando demasiadas cosas, más de lo que nos podemos permitir. Además en el proceso de fabricación emitimos un alto porcentaje de residuos al medio ambiente, lo que contribuye al cambio climático y al deterioro de nuestro planeta.
Este hecho también afecta en el ámbito político o social dado que existe una gran desigualdad en nuestro planeta, puesto que países como Estados Unidos  tienen gran cantidad de recursos para cubrir sus necesidades, sin embargo otros países subdesarrollados ni siquiera pueden cubrir las necesidades primarias; por ello podemos decir que no existe escasez, si no desigualdad.
Además nuestra felicidad está disminuyendo, ya que tenemos más cosas pero cada vez menos tiempo para lo que realmente nos hace felices. Hoy día ponemos mucho énfasis en las necesidades materiales, lo cual nos lleva a la carencia de otro tipo de necesidades, que se manifiestan en desequilibrios individuales y crisis que no se solucionan con ir de compras.
Un rasgo muy característico de dicha sociedad es también la obsolescencia, es decir, la caída en desuso de máquinas, equipos y tecnologías motivada no por un mal funcionamiento sino por una insuficiente satisfacción de las necesidades en relación con las nuevas tecnologías introducidas en el mercado. Podemos encontrar dos tipos de obsolescencia, la planificada y la percibida.
La obsolescencia planificada significa “diseñado para ser desechado”, es decir, consiste en diseñar cosas para ser inútiles lo más pronto posible, con el fin de que las desechemos y adquiramos un nuevo producto.
Sin embargo, la obsolescencia percibida sirve para convencer a los consumidores de desechar productos que son perfectamente útiles, las empresas consiguen esto de un modo tan sencillo como cambiando la apariencia, por lo que juegan un papel muy importante la publicidad y los medios de comunicación.
Desde otra perspectiva podrían buscarse argumentos favorables a la sociedad de consumo, como por ejemplo, que vivir en este tipo de sociedad es consecuencia del alto desarrollo al que han llegado determinadas sociedades, lo cual se manifiesta en el incremento de la renta nacional. Esto posibilita que cada vez más personas adquieran bienes más diversificados.


Por todo ello, parece claro que ha llegado el momento de hacer unos ajustes ¿El sistema está en crisis? ¿Hay que desechar esa mentalidad de la vieja escuela del derroche?

martes, 21 de octubre de 2014

EMPRESAS LIGADAS AL TURISMO CEDEN EN BOLSA

El virus del Ébola fue identificado por primera vez en 1976, en la República Democrática del Congo, antiguo Zaire. Los primeros síntomas de este virus incluyen la aparición de fiebre,  debilidad, dolor muscular, de cabeza y de garganta. Más tarde progresan a vómitos, diarrea, alteración de la función renal y hepática - y sangrado a veces interno y externo. El virus se propaga a través del contacto con los órganos y fluidos corporales tales como sangre, saliva, orina, sudor etc. Es una enfermedad infecciosa y que se puede transmitir a todo tipo de mamíferos. Este virus ha vuelto a la actualidad en 2014, en territorios africanos y se ha propagado hasta el territorio Español y Estados Unidos (Texas)
Este virus no tan solo preocupa en el ámbito social, sino que también en el campo de la economía, ya que ha generalizado una bajada en bolsas europeas ante el hundimiento de la cotización de las compañías aéreas y hoteleras, por el miedo a que el caso español termine afectando al turismo, la primera industria del país y que incluso, el peligro de contagio se pueda extender a otros países.


Las compañías turísticas Meliá, NH y el grupo IAG registraban caídas en el mercado de valores al inicio de la jornada después de detectarse el primer caso de ébola en toda Europa.

Específicamente, el grupo IAG ha descendido 2,28% en el arranque de su cotización en el Ibex 35, hasta los 4,693 euros, al inicio de sesión, anotándose la segunda mayor caída del selectivo. La cadena de hoteles NH registraba una caída del 2,58%, al igual que Meliá Hotel, cuyo valor se veía recortado un 1,44%


Al tratarse del primer infectado en Europa, compañías como Lufthansa han comenzado a sufrir también los efectos en Bolsa. Así, los títulos de la compañía alemana cedían un 1,08% en la Bolsa de Valores de Berlín este martes, hasta 11,95 euros.
Sobre este tema hay diferentes puntos de vista. ¿Realmente el pánico al ébola es el culpable de la bajada en bolsa del turismo, o ha sido una mera casualidad? Los dos puntos de vistas más específicos son los siguientes;
"Este tipo de noticias suele tener un impacto sobre los valores que se puedan ver afectados por una reducción del número de turistas", explica a Cotizalia, Iván San Félix, analista de Renta 4. "Que esta caída esté fundamentada es otra cosa, pero si es cierto que en un primer momento lo que pesa es el miedo a que se produzca una reducción del tráfico aéreo", continúa el experto. "Sin embargo, a nivel números no creo que esta crisis afecte a las compañías", concluye San Félix.



"La crisis del ébola ha castigado a los sectores relacionados con el turismo. Estos valores, pese a no tener un gran peso en los índices europeos, han contagiado más pesimismo sobre los activos españoles, dada la mayor exposición de la economía española al turismo", ha explicado el analista de IG Daniel Pingarrón en  Europa Press.
        

                                                                                                   -Nuria Monje Puerta